TRATAMIENTO ANTIARRUGAS
con Toxina Botulínica
con Toxina Botulínica
La Toxina Botulínica es uno de los tratamientos estéticos que más se realizan para rejuvenecer la expresión facial, eliminando o reduciendo las arrugas o líneas de expresión que aparecen en el rostro.
La Toxina Botulínica tiene la capacidad de bloquear la transmisión de los impulsos que activan las fibras musculares y las glándulas sudoríparas al inhibir la liberación de acetilcolina, el mediador responsable de la transmisión.
Hace años que se utiliza en medicina para corregir contracciones musculares anómalas de los músculos de los ojos, del cuello y de las extremidades (estrabismo, blefarospasmos, distonías, espasticidad), y ya hace más de 15 años que se utiliza en dermocosmética.
Una vez inyectado, relaja el músculo facial e impide que se contraiga y se forme la arruga, dando a la cara un aspecto relajado. Atenúa las arrugas de expresión y retrasa la aparición de las mismas, teniendo por lo tanto un efecto profiláctico importantísimo, al evitar durante su uso la formación de futuros pliegues faciales, especialmente en personas jóvenes.
Después del tratamiento, la piel periférica queda lisa y sin arrugas, mientras que los músculos faciales no tratados se contraen normalmente, permitiendo que la expresión facial no se vea alterada, quedando descansada y completamente natural, asimismo la mirada se abre haciéndola más juvenil.
Además de ser un tratamiento antiarrugas también se utiliza para otros propósitos, como por ejemplo, para controlar la sudoración excesiva o tratar la piel grasa y el acné. Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo que se realiza de forma ambulatoria, sin requerir anestesia.
El efecto no es inmediato, se inicia hacia las 48-72 horas y el efecto máximo se da entre los 7 a los 14 días. El efecto de relajación es muy natural y no resta expresión a la cara, dura entre 3 y 5 meses y puede repetirse cuando sea necesario. Pasado ese tiempo, la toxina es absorbida y eliminada de forma natural por nuestro organismo.